"Un buen caminante
no deja huellas...
camina sin rumbo,
se termina fundiendo con el camino
[...]
El caminante solo existe sin el Yo...
nada desea, a nada se aferra"
Byun-Chul Han
La vida puede ser como una caminata por la orilla de la playa.
1. A veces te puede pegar una ola intensa. Si sigues caminando, la arena se mueve y corres el riesgo de caer. Así que debes quedarte quieto, que la ola regrese y se vaya. Entonces, sigue caminando.
Recuerdo algunos momentos de la niñez y varios son de la playa. Mis padres me llevaron varias veces. Ya de adulto, recuerdo menos. Creo que fui más veces en los primeros diez años de mi vida que en los siguientes cuarenta años. Fue en el Atlántico.
En estos días he tenido un reencuentro, con el mar, la arena, las olas, el cielo y la brisa. Fue en el Pacífico.
Como recuperar algo valioso que había perdido.
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Las olas
Grandes y pequeñas
espumosas o delgadas
ruidosas o suaves
algunas impetuosas que se comen
a otras o rompen antes de tocar la arena
otras nunca rompen
llegan y besan a la arena
y ahí se terminan
sus historias duran apenas unos instantes
pero son parte del gran océano
son efímeras
y sin embargo
son infinitas
nacen mueren y renacen
cada minuto
cada hora
todos los días
Una de ellas no importa
es el océano el que importa
Aunque una ola puede inundar una playa
puede impulsar a un surfista
o puede hacer feliz a un niño
Esa es la bendita contradicción
la feliz paradoja
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