La niña siempre decía que cuando soñaba tenía el poder de controlar a grandes monstruos cuando les leía. Y por eso nunca tenía pesadillas. Los padres la oían pero no la escuchaban. Una noche, la madre oyó gritos de la niña. Llegó corriendo pero la niña yacía sin vida, y con un gesto de gran espanto en su rostro. El padre había vendido los libros de la niña esa mañana porque tenía deudas que pagar. Imagen tomada de Pinterest
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